La medicina nuclear es una rama de la medicina que utiliza sustancias radiactivas llamadas radiofármacos para diagnosticar y tratar diversas enfermedades. Los radiofármacos se administran al paciente por vía intravenosa, oral o inhalatoria, y se distribuyen por el organismo según su afinidad por ciertos órganos o tejidos. Un equipo especializado llamado gammacámara capta la radiación emitida por los radiofármacos y genera imágenes que muestran el funcionamiento de los órganos o tejidos estudiados.
La medicina nuclear tiene aplicaciones en muchas áreas de la medicina, como el cáncer, el corazón, el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema digestivo, el sistema renal, el sistema óseo y el sistema inmunológico. Algunas de las enfermedades que se pueden diagnosticar o tratar con la medicina nuclear son:
- Cáncer: La medicina nuclear puede detectar tumores malignos en diferentes partes del cuerpo, como la próstata, la mama, el pulmón, el hígado, la cabeza y el cuello. También puede evaluar la extensión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. Algunos radiofármacos pueden administrarse con fines terapéuticos, ya que se unen a las células cancerosas y las destruyen con altas dosis de radiación.
- Enfermedades cardíacas: La medicina nuclear puede medir el flujo y la función sanguínea del corazón, detectar enfermedades coronarias y la estenosis de las arterias, evaluar el daño del músculo cardíaco después de un infarto² y localizar coágulos de sangre en las venas o las arterias.
- Enfermedades neurológicas: La medicina nuclear puede estudiar la actividad cerebral y detectar alteraciones en el metabolismo o la perfusión de las neuronas. Algunas de las enfermedades que se pueden diagnosticar con la medicina nuclear son el Alzheimer, el Parkinson, la epilepsia, los tumores cerebrales, las demencias y los accidentes cerebrovasculares.
- Enfermedades endocrinas: La medicina nuclear puede evaluar el funcionamiento de las glándulas endocrinas, como la tiroides, las paratiroides, las suprarrenales y el páncreas. Algunas de las enfermedades que se pueden diagnosticar o tratar con la medicina nuclear son el hipertiroidismo, el hipotiroidismo, los nódulos tiroideos, los tumores neuroendocrinos, el feocromocitoma y el paraganglioma.
- Enfermedades gastrointestinales: La medicina nuclear puede examinar el tránsito y la absorción de los alimentos en el tubo digestivo, detectar sangrados o inflamaciones en el estómago o el intestino, evaluar la función hepática y biliar y localizar focos de infección o abscesos. Algunas de las enfermedades que se pueden diagnosticar con la medicina nuclear son la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la cirrosis hepática, la incontinencia fecal y la úlcera péptica.
- Enfermedades renales: La medicina nuclear puede medir el flujo y la función renal, detectar obstrucciones o infecciones en las vías urinarias, evaluar el reflujo vesicoureteral y localizar quistes o tumores renales.
- Enfermedades óseas: la medicina nuclear puede detectar alteraciones en el metabolismo óseo, como fracturas, infecciones, inflamaciones, tumores o metástasis óseas. También puede evaluar la respuesta al tratamiento de algunas enfermedades óseas, como la osteoporosis o la artritis.
La medicina nuclear es una herramienta muy útil para el diagnóstico y el tratamiento de muchas enfermedades. Su principal ventaja es que permite ver cómo funciona el organismo a nivel celular y molecular, lo que ayuda a detectar problemas en etapas tempranas y a aplicar terapias dirigidas a células específicas. Su principal limitación es que utiliza radiación, lo que implica un riesgo potencial para la salud. Por eso, se debe utilizar con precaución y bajo supervisión médica.